Marta, una mujer enérgica y apasionada por la vida, se encontró enfrentando un obstáculo inesperado: un doloroso episodio de capsulitis pectoral.
Lo que comenzó como una leve inflamación en el pecho, rápidamente se convirtió en una constante fuente de dolor que afectaba también su brazo, hombro y espalda, impactando significativamente su vida diaria.
La capsulitis pectoral de Marta se debió a una contractura capsular, consecuencia del estado avanzado de sus implantes mamarios que ya tocaba cambiar. Aunque el diagnóstico de capsulitis pectoral vino del médico, no le daban solución.
Decidida a no dejarse vencer, Marta buscó ayuda y, tras varias consultas sin resultados concretos, llegó a mi consulta con la esperanza de encontrar una solución. Su diagnóstico fue claro: capsulitis pectoral, una condición que requiere atención meticulosa y un enfoque holístico para su tratamiento.
Comenzamos con una evaluación osteo-muscular, orgánica y miofascial. Quería entender a fondo la raíz de su problema, no solo tratar los síntomas. La evaluación reveló adherencias y bloqueos en su parrilla costal izquierda, afectando no solo la zona local sino también su bienestar general.
El plan de tratamiento se centró en el trabajo osteopático, muscular y miofascial. Cada sesión estaba diseñada para liberar tensiones, reducir la inflamación y restaurar la movilidad. Marta se mostró decidida y comprometida, y juntos comenzamos el viaje hacia su recuperación.
Una parte importante del tratamiento fue la terapia con Flores de Bach , que cambió su gestión del día a día, aumentó su paz interna y su capacidad de poner límites.
Este cambio la ayudó a modular su intensa hiperdedicación, permitiendo un tono más relajado y cuidadoso consigo misma. Esto representó la base sobre la que se pudo trabajar en la recuperación de su lesión.
Además, la suplementación con plantas medicinales fue crucial para regular su ciclo hormonal y su energía vital. Marta, siendo una mujer intensa, apasionada y hiperresponsable, necesitaba equilibrar su enfoque para dejar espacio para ella misma y así relajar también su entorno, lo cual fue fundamental en su proceso de recuperación.
En la primera sesión, me concentré en eliminar las adherencias y desbloquear la zona afectada. El proceso no estuvo exento de desafíos, pero Marta se mostró resiliente.
La segunda visita marcó un punto de inflexión. Apenas una semana después de iniciar el tratamiento, Marta notó una disminución significativa en la inflamación.
La contractura capsular comenzaba a deshacerse y su movilidad mejoraba día a día.
Su cuerpo respondía positivamente, y cada sesión la acercaba más a la recuperación completa.
En tan solo tres visitas, el dolor y la inflamación se habían reducido en un 95%.
Marta había recuperado el 80% de la movilidad en su brazo y hombro izquierdo.
La rapidez de su respuesta y recuperación fue notable, destacando la efectividad del enfoque holístico y personalizado que empleamos.
Marta estaba agradecida y sorprendida por los resultados. Su historia no solo es un testimonio del poder de la osteopatía y la naturopatía, sino también una inspiración para aquellos que enfrentan desafíos similares.
¿Te enfrentas a un problema similar? Estoy aquí para ayudarte a encontrar el camino hacia una vida sin dolor y en equilibrio.